
AR-Manny hasta los dientes
Como si quisiera masticar la grama, agazapado como un tigre escondido en la maleza esperando dar un zarpazo letal, apretando la dentadura con una ferocidad incalculable, Manny García se ve en esta final armado hasta los dientes, con su guante y con su madero. En otra noche de borrachera beisbolera el Tren se impuso 10-5 sobre los Gigantes en el tercer juego inclinando la serie 2-1.
Aún estamos disfrutando de la pasarela que diseño Kevin Kelly con su mortífero pitcheo de 4 entradas enfrentando al mínimo de 12 hombres con un solo hit y de 14 en 4.2 entradas hasta que se le acabó la cuerda con más de 80 pitcheos dejando la casa llena a Euclides Leyer.
El derecho dominicano le “arrancó” las caderas a Luis Montealto preservando una pequeña ventaja de 2-0 que el Tren había logrado con un fugaz operativo de dos carreras producto de hits de Sandy Bermúdez y Nolan Cruz.
En ese quinto episodio Juan Diego Montes hizo una atrapada de gato sobre paloma en el aire al robarle un jonrón a Cheslor Cuthbert. El Tren le “quitó las piernas” al pitcheo de Crawford y de los relevistas Carlos Sano y Fidencio Flores con un ataque de cinco carreras. Allí fue sentenciado el partido, el Tren estaba ganando 7-0 y luego 10-0 después de otro operativo de tres carreras. En la tercera entrada, Manny García hizo que valiera la pena estar dos y hasta tres horas antes del juego en el Rufo Marín cuando se lanzó sobre una descarga de Rafel Estrada a la orilla de la línea de tercera, se lanzó a su lado con sangre en los dientes y las garras envenenadas para luego fusilar como si estuviese a quemarropa con su brazo escopeta en primera.
Una preocupación surgió cuando Raudy Read se voló la cerca en la séptima ante Christian Quintin y la ofensiva sureña con su último aliento en el octavo le sacaba 4 carreras a Walter López hasta que Esteban Pérez apagó el intento de rebelión. Con el juego 10-5 Félix Paulino dio el portazo para preservar la victoria norteña y llegara Rivas con el brazo de Bryan Herrera y una ofensiva que echa humo que busca como volver a descifrar al imponente Ronald Medrano.
La atrapada de Manny, la de Montes, el relevo de Leyer, la ofensiva del quinto y el verse invencibles en su estadio no nos dejó dormir hasta que los gallos cantaron y empezó un nuevo día hacía el sueño de hacer historia. No hay nada escrito en este deporte, menos en serie corta, pero el tren siente que va como un Tren bala sin freno. A dos pasos, nunca se ha estado tan cerca de lograrlo.
