En la literatura, existen múltiples conceptos que al engranarse conforman esta rama de las artes. Entre ellos, existe la poesía, la cual se puede desglosar en distintos géneros. No obstante, existe una particularidad poco conocida: los poemas cíclicos.

Los filólogos datan este tipo de poesía en los tiempos antiguos. Son diferenciados por no tener final. Y no es que las estrofas nunca acaben, sino que el último verso puede empalmar con el primero y crear ese ciclo de nunca acabar. Increíble, pero cierto.

Cosas así ocurren en las distintas facetas de la vida, incluido el deporte. Nuestra institución deportiva no está exenta de estas situaciones, pero, afortunadamente, la organización rojiblanca ha sido marcada por resultados positivos en todas sus disciplinas.

El año 2020, agonizante al momento de la publicación de este modesto informativo, inició con la segunda fase de la Basketball Champions League Américas. El Tren del Norte, que cerró la etapa regular como líder de su grupo, se enfrentaba a Instituto Atlético Central de Argentina, el país con la mejor liga de Latinoamérica.

Haber chocado contra los sudamericanos, ponerlos en aprietos y quedar sembrado entre los mejores ocho clubes del continente tras esa eliminatoria, en la que pocos segundos separaron a la maquinaria de las semifinales, fue un buen augurio para la institución rojiblanca en todo su despliegue.

El siguiente mes, los ciclistas del Real Estelí viajaron hacia Guatemala para participar en el Tour por la Paz 2020, una de las carreras más prestigiosas de ese país y Centroamérica. En dicha competición, Henry Rojas se ubicó entre los diez mejores pilotos (de centenares participando).

Si mantenemos el orden cronológico, deberíamos continuar con la coronación de nuestros equipos mayor y U20 en el Torneo Clausura 2020 del fútbol nacional. El Estadio Nacional fue el escenario de ambas proezas, con las que se terminaba la temporada entonces en curso.

El segundo semestre del año lucía prometedor. Quedaban las esperanzas de repetir o mejorar las acciones alcanzadas durante los primeros seis meses del 2020. Posiblemente, el mayor premio era participar en la Liga de Clubes de Concacaf, en la cual quedamos emparejados con el Herediano de Costa Rica.

De hecho, el partido contra los ticos se produjo el 24 de noviembre y el resultado fue el esperado. El monarca del futbol nicaragüense venció 1-0 con Jorge Betancur como protagonista del juego. Era el primer paso para una hazaña planificada desde muchos meses atrás. Significó una proyección internacional importante para nuestra Institución Deportiva.

Además de ello, fue el primer augurio de un cierre de año inmensurable. Pocos días después, cumpliendo con el pronóstico de toda la coyuntura basquetbolista nacional e internacional, nuestro quinteto se alzó con el título de Tricampeón de la Liga Superior de Baloncesto. El Polideportivo Alexis Argüello fue el escenario para tal hecho.

Alzar el trofeo significaba el establecimiento de nuestro equipo como el mejor de Nicaragua, Centroamérica y el Caribe. Así mismo, era el preámbulo para el mayor suceso rojiblanco del 2020, pues un día después, en Tegucigalpa, nuestra representación de fútbol derrotó al Motagua de Honduras y trascendió a la Liga de Campeones de Concacaf.

El triunfo en tierras catrachas permitió que el Real Estelí FC volviera al torneo regional de mayor prestigio y envergadura, en el cual participan los mejores 16 clubes de México, Estados Unidos, Canadá, Centroamérica y el Caribe.

Las cosas no podían cerrar de la mejor manera que levantando el título de campeones del Torneo Apertura 2020 en la categoría mayor y el casillero U20. Las dos consagraciones fueron en el Estadio Nacional frente a la fiel afición rojiblanca que acompañó al equipo en todo momento.

Cerrar con los trofeos del balompié nacional fácilmente podría ser el último verso de nuestro poema, el cual engazaría a la perfección con la primera línea, que, sin dudar, sería estar entre los ocho mejores equipos de baloncesto de América.

El 2020 es nuestro poema cíclico. No cierra, no culmina, sino que continúa siempre presente en el corazón de los fanáticos y en los libros de historia del deporte nacional e internacional. Literariamente increíble, deportivamente cierto.