
¡¡¡Detenedlos!!!
No puede ser. Están rompiendo la creatividad del beisbol, su ingenio, su lógica; lo que hacen simplemente nos supera, va más allá de todo entendimiento. Ya no se puede ni confiar en una ventaja de 8-0 porque te desangran poco a poco hasta llevarte al máximo dolor, con la más alta frustración de una derrota que pesa más de la cuenta.
El Tren del Norte vuelve a ganar de manera espectacular 14-9 a León. Sobreviviendo a una tempestad de 20 bases, en un mal partido, clavando un mortal tic tac toda la noche, una amenaza que fue tomando forma espantosa hasta dejarte como chicle de silla de bus, masticado y seco, perdonen la comparación, pero nos estamos quedando sin adjetivos.
No solo es el mejor equipo de la Liga (18-3), sino que puede hacer cosas que nadie cree; clasificar en los primeros 20 juegos, “robarse” tres partidos de manera impune, consiguen el mejor arranque de la historia y ahora llevan una racha de 8 victorias.
¿Quién no estaría confiado ganando 8-0 y con José Mateo tirando meteoros de 90 millas al home?. El absurdo se hizo real y lo que parecía difícil de remontar empezó a sonar como macabra bomba de tiempo. En el tercer inning el juego estaba 8-3 con Mateo bañado, mejoró a 8-6 en el cuarto y en el cierre se puso 9-6, luego se movió a 9-7 en el sexto y en la última bateada, como anunciada emboscada, anotaron 7 ante las despeinadas melenas.
Los detalles del partido son intrascendentes, pero necesarios en un partido donde la base por bola fue la gran protagonista (10 para club). Gean Rigby volvió a salir de la “batera” con jonrón y doble de dos carreras, Renato Morales cayó del liderato de bateo al irse en blanco, pero hizo tres jugadas defensivas que le cortaron las garras a los leones en las bases.
Alejandro Arteaga falló como abridor en la primer entrada con seis bases, mientras Erasmo Reyes y Félix Carrasco dejaban en una carrera en el resto del partido a los melenudos, dejando el remate para Junior “brazo de concreto” Téllez. Esteban Pérez perdió por segundo día consecutivo en rescate de Luis Castellón que no lo hizo mal, mientras Kevin Ramírez salía reventado en la avalancha del noveno.
Ah, se me olvidaba que expulsaron a Lenín Picota después de un fallo que fue cambiado de out para foul con Ofilio Castro bateando. Los zapatos bien lustrados y el pantalón bien planchado del arbitro principal Roberto Moreno terminaron sucios. Es decir que Luis Rodríguez que lo sustituyó quedó con balance de 1-0 como timonel.
El Tren es el equipo de lo sobrenatural, alguien dijo que había un poco de brujería. El tic tac del peligro sigue como martillo en nuestras cabezas, alguien tendrá que detenerlos
