Una leyenda abordo del Tren
Puede que muchos no sepan que cuando Julio Ráudez entra a la colina a hablar con un lanzador del Tren del Norte el que va caminando es una verdadera leyenda de nuestro béisbol nacional, un látigo de la zona de strike y verdadero hombre de acero. No es fácil decir que jugó por 23 años en la pelota de alto rendimiento, ganó 170 juegos en los Pomares siendo la cifra más alta de la historia, se puso 17 veces el uniforme de la Selección Nacional, fue firmado por los Gigantes de San Francisco a los 24 años y pasó por todas las categorías, además tiene números de lujo en la Liga Profesional.
Es fácil decir que una bola de cuero estuvo entre sus manos un millón de veces contra adversarios de todo tipo; desde Panal hasta Próspero pasando por Roa y Nemesio. Desde jugadores que llegaron a Grandes Ligas y bateadores infernales del concierto internacional.
En sus tres primeros años en la Profesional cultivó 27 triunfos y 6 derrotas con cinco salvados, logrando una temporada invicto de 10-0. Tuvo un 2.62 de por vida con 291 ponches en 574 entradas y un tercio. En 10 ligas profesionales ganó 42 con 5 finales. Ganó partidos en clase A, Doble A y Triple A, la peleó hasta que tenía 28 años. Ganó 34 en ese trayecto, mientras acumulaba un lujoso 3.56 en 5 campañas en las sucursales. Fueron 451 ponches en 531 entradas y el agregado de 15 salvados.
En los Pomares siempre fue un líder con 170 éxitos y 81 derrotas, seis temporadas de 10 victorias o más, una de 17, dos de 15 y otra de 14. Fueron 114 victorias al servicio del Granada de un total de 7 uniformes que se puso. Fueron 1063 ponches en ese recorrido. Debutó con la Selección Nacional en 1997 y debutó con un relevo ante Guatemala donde solo permitió dos limpias en 6.2. No es fácil terminar con el uniforme nacional con un balance de 10 ganados y 11 perdidos, 2.95 de efectividad y 128 episodios trabajados. Si le sumamos todas las victorias tiene 253 ganados de por vida. Una cifra inalcanzable para muchos.
Así es que la próxima vez que vea esa figura de 44 años con su espigado cuerpo moverse a hablar con un profesional en esta liga, solo recuerde la huella que ha dejado en este deporte, sin duda, un fenómeno.